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El martes 19 de marzo, el Banco de Japón puso fin formalmente a su política de tasas de interés negativas, en vigor desde 2016, y elevó su tasa de interés oficial por primera vez desde 2007. Evidentemente, se trata de un cambio histórico, ya que el Banco de Japón está superando por fin la deflación y se abre una nueva era. Entre los principales cambios introducidos en el régimen de política monetaria del Banco de Japón cabe citar los siguientes:

  • El fin del programa de control de la curva de rendimientos (YCC por sus siglas en inglés) del Banco de Japón, que se utilizaba para controlar el rendimiento de los bonos gubernamentales de Japón (JGB por sus siglas en inglés) a 10 años
  • El fin de su política de tasas de interés negativas
  • Elevar la tasa de interés oficial a un día del -0.1% a un rango entre el 0% y el 0.1%.
  • Guiar las tasas de interés a corto plazo como principal herramienta de política monetaria
  • Discontinuar las compras de fondos cotizados (ETFs) y de fondos de inversión inmobiliaria (REITs).
  • Revocar el compromiso de ampliar la base monetaria (expansión cuantitativa)

Los detalles del anuncio del Banco de Japón fueron bien difundidos en las vísperas de la reunión. Aunque el Banco de Japón justificó su decisión indicando que el objetivo de estabilidad de precios del 2% está a la vista y se alcanzaría de forma sostenible y estable, la decisión real de cambiar el rumbo de su política monetaria estuvo en cierto modo provocada por las recientes negociaciones salariales de la primavera boreal entre las grandes empresas, que dieron lugar a aumentos salariales superiores al 5%, la suba más pronunciada en más de 30 años.

Al mismo tiempo, el Banco de Japón declaró que, dadas las perspectivas actuales de la actividad económica y los precios en Japón, prevé que se mantengan por el momento unas condiciones financieras expansivas. Además, el Banco de Japón seguirá comprando la misma cantidad de JGBs que hasta ahora, unos 6 billones de yenes al mes, también por el momento.

En conjunto, los mensajes del Banco de Japón son un poco complicados: Puso fin a su prolongada política de tasas de interés negativas basándose en la opinión de que su objetivo de inflación del 2% es ahora alcanzable, mientras que el banco central también mantendrá la relajación monetaria, ya que las perspectivas económicas y de inflación no son aún lo suficientemente sólidas.

En cuanto a la reacción inmediata del mercado, los rendimientos de los bonos japoneses bajaron en toda la curva de rendimientos entre 1 y 3 puntos básicos (pbs), el mercado de renta variable de Japón repuntó y el yen japonés se depreció a pesar del histórico cambio de política. Esto se debió a que los mercados ya estaban descontando el cambio de política y los temas de conversación del Banco de Japón sugerían que mantendría una postura monetaria flexible.

Creemos que los próximos pasos serán subas adicionales de las tasas de política monetaria, dado el aumento de los salarios derivado de la escasez de mano de obra y la inflación tenderá a estar por encima del objetivo de política monetaria. Dicho esto, esperamos que el ritmo de las futuras subas de tasas sea gradual y se ejerza con cautela, ya que existe una considerable incertidumbre acerca del mecanismo de transmisión de una suba de tasas de interés sobre la economía real y su impacto sobre el sistema financiero. De hecho, la economía japonesa podría no ser lo suficientemente fuerte como para soportar tasas más altas después de una relajación monetaria a gran escala durante más de una década.

Nuestra opinión sigue siendo que la mejora de las perspectivas económicas de Japón, la elevada inflación y la subida prevista de las tasas de interés deberían seguir presionando al alza los rendimientos de los bonos gubernamentales de Japón. En consecuencia, actualmente somos partidarios de mantener una posición de corta duración. Es importante señalar que, en nuestra opinión, el restablecimiento de las funciones de mercado para los bonos gubernamentales de Japón debido a la normalización de la política monetaria debería aumentar el potencial de la gestión activa para obtener excesos de retorno a través de la duración y el posicionamiento en la curva de rendimientos.



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