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En esta edición

En vista de que se ha eliminado el riesgo extremo de eventos excepcionales de la retahíla de preocupaciones a las que se enfrentan los mercados, afinamos nuestras ideas en torno al extremo más optimista de nuestra gama de escenarios de crecimiento. El optimismo se basa en las nuevas tecnologías transformadoras, pero continuamos previendo que las ganancias empresariales se verán sometidas a presión.

Si la inflación se mantiene en un nivel más persistente, los bancos centrales dependientes de los datos seguirán subiendo mientras se desarrolla nuestro “mágico viaje misterioso”. La perspectiva de un giro temprano hacia unos tipos más bajos es menos probable de lo que esperan los mercados y podría suponer un lastre para la actitud de los inversores. Esto contribuye a reforzar nuestra preferencia por una visión prudente de las acciones.

Temas principales que determinan nuestras previsiones

El crecimiento está por debajo de la tendencia con una perspectiva incierta

Los riesgos de recesión son elevados para la mayoría de las economías desarrolladas, pero cada vez más bifurcados entre Oriente y Occidente. Persisten las adversidades para la actividad económica, acentuadas por el endurecimiento de la política monetaria y las normas de concesión de préstamos. Nuestras previsiones apuntan a un periodo de débil crecimiento, incluso allí donde los niveles de actividad actuales se han mantenido razonablemente bien.

Los riesgos de inflación están ahora más equilibrados

La inflación se mantiene muy por encima de los niveles objetivo, pero la evidencia de un pico de inflación general es clara a medida que vuelve la deflación de los bienes, y parece que la vivienda se convertirá en un lastre. Se espera que la rígida inflación de los servicios se equilibre con la destrucción de la demanda a medida que se dejen sentir los efectos retardados de un crecimiento económico más lento.

La política seguirá siendo restrictiva

La mayoría de los bancos centrales mantienen la inflación como objetivo principal y están aceptando las consecuencias para el crecimiento. Los responsables políticos continúan preparados para abordar las crisis en constante evolución y mantener la estabilidad financiera. Los bancos centrales se acercan a los picos de subidas de tipos y dependen cada vez más de los datos, pero, en nuestra opinión, seguirán moderando los tipos reales negativos y mantendrán las condiciones restrictivas.

Posicionamiento práctico

Aún se necesita una gestión ágil

Tras haber comenzado el año con una preferencia de asignación alejada de la renta variable, hemos pasado a una visión más prudente de las acciones. El nivel de primas descontadas en activos de riesgo no se corresponde con la probabilidad aún elevada de recesión que prevemos. Seguimos creyendo que un estilo de inversión ágil sigue siendo apropiado.

Escoger oportunidades en los mercados de renta variable

Hemos eliminado nuestra visión más constructiva de los mercados de renta variable de EE. UU. y regresado a una modesta postura de cautela sobre los mercados europeos. En ambos casos, las persistentes dificultades para los beneficios atenúan nuestro optimismo. Por el contrario, encontramos mayores atractivos en China, donde la economía debería beneficiarse de la eliminación de las restricciones de la política de COVID cero.

Las valoraciones de los bonos han mejorado

Nuestro análisis a largo plazo muestra que el potencial de rentabilidad de los bonos globales, incluidos los bonos del Estado, por lo general de menor riesgo, ha mejorado. Una vez que el actual entorno de endurecimiento de las políticas termine, es probable que los bonos del Estado vuelvan a mostrar un mayor efecto de amortiguación del riesgo. Hasta entonces, consideramos que el rendimiento que resulta de mantener el efectivo, que actualmente es más alto, es atractivo.



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