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A principios de año, muchos inversores predijeron que 2023 sería el año de los bonos. En cambio, mientras que los rendimientos de la renta fija han sufrido, los de la renta variable estadounidense han arrojado rendimientos de dos dígitos. Las acciones se han beneficiado del posicionamiento conservador de los inversores a finales de 2022, de la resistencia de la economía de EE. UU., y de la expectativa de un auge de la inversión impulsado por la inteligencia artificial.

De cara al futuro, creemos que hay razones de peso para posicionarnos a largo en renta fija estadounidense, en lugar de en renta variable:

  1. Las perspectivas económicas de una inflación menor y un crecimiento más lento favorecen a los bonos estadounidenses. Es probable que la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) ya no suba más los tipos y se centre en un ciclo de relajación. La inflación subyacente converge hacia el objetivo del 2 % fijado por la Fed. El mercado laboral se está reequilibrando rápidamente, debido a la menor demanda de mano de obra y al fuerte crecimiento de la población activa, lo que debería traducirse en un crecimiento de los salarios menor. El crecimiento mundial se desploma, liderado por China y Europa. Aunque el crecimiento de EE. UU. ha sido resistente hasta ahora, esperamos que se ralentice a medida que el efecto retardado de la política monetaria empiece a notarse.
  2. Los valores respaldados por hipotecas institucionales estadounidenses nos parecen muy atractivos, ya que tienen un rendimiento superior al de la renta variable. Creemos que las valoraciones de la renta fija estadounidense son, en general, atractivas si se comparan con la renta variable. En cuanto a la renta fija, nuestra preferencia son los valores respaldados por hipotecas institucionales, que ofrecen rendimientos similares a los bonos con grado de inversión, pero sin riesgo de crédito y con un riesgo de duración menor. El siguiente gráfico compara el rendimiento de los beneficios de las acciones estadounidenses con el rendimiento de los valores respaldados por hipotecas institucionales. Por primera vez en 20 años, los bonos hipotecarios tienen un rendimiento superior al de las acciones (véase el gráfico 1)1.

Gráfico 1: Rendimiento de las ganancias de la renta variable de EE. UU. frente al rendimiento de los bonos hipotecarios institucionales

%, las zonas sombreadas denotan recesiones según la NBER, a 12 de septiembre de 2023.

Fuentes: Brandywine Global, Bloomberg (© 2023, Bloomberg Finance LP), Macrobond (© 2023). A 12 de septiembre de 2023. Los índices no están administrados y no es posible invertir directamente en ellos. No incluyen comisiones, costes ni gastos de suscripción. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.

  1. La menor volatilidad de la renta variable también respalda los argumentos a favor de los bonos. La volatilidad de la rentabilidad de los bonos hipotecarios es aproximadamente un 50-75 % inferior a la de la renta variable estadounidense2, lo que los hace muy atractivos desde el punto de vista de la construcción de carteras. A finales de los 90, los rendimientos de la renta variable eran significativamente inferiores a los de los valores respaldados por hipotecas. Esto acabó mal para los inversores en renta variable estadounidense. El gráfico siguiente muestra que la relación entre la rentabilidad de la renta variable y la de los valores respaldados por hipotecas está ya más de dos desviaciones típicas por encima de su tendencia a largo plazo (véase el gráfico 2)3. La última vez que vimos esto, estábamos en el pico de la burbuja del mercado de renta variable en el 2000.

Gráfico 2: Relación entre la renta variable estadounidense y los bonos hipotecarios institucionales

Escala logarítmica, las zonas sombreadas denotan recesiones según la NBER, a 12 de septiembre de 2023.

Fuentes: Brandywine Global, Bloomberg (© 2023, Bloomberg Finance LP), Macrobond (© 2023). A 12 de septiembre de 2023. Los índices no están administrados y no es posible invertir directamente en ellos. No incluyen comisiones, costes ni gastos de suscripción. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.

  1. Los bonos pueden ofrecer ventajas en muchas situaciones económicas. En conjunto, creemos que la renta fija estadounidense ofrece a los inversores una asimetría atractiva en una amplia gama de escenarios económicos. En un escenario de aterrizaje suave, creemos que es probable que los bonos generen rendimientos decentes, aunque pueden tener dificultades para superar al efectivo. En una desaceleración más profunda del crecimiento o una crisis financiera, podrían superar significativamente a la renta variable.

 

Aunque la resistencia del crecimiento estadounidense ha sido sorprendente este año, es importante recordar que el impacto total del endurecimiento acumulativo y agresivo de la Fed aún está por llegar. Diversos factores apuntan a una ralentización del crecimiento y respaldan nuestras perspectivas para los bonos estadounidenses.



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