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Puntos clave

  • Creemos que el hecho de que el sector de la infraestructura se centre en los flujos de caja y las ganancias subyacentes lo convierte en una inversión prudente en un momento en el que las condiciones económicas se deterioran y se avecina una recesión.
  • Con la inflación elevada y su incierta trayectoria, los dividendos de los activos de infraestructura, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de la renta fija, actúan como una cobertura contra la inflación gracias a la manera, en gran parte preprogramada, en que las infraestructuras pueden ajustarse a entornos inflacionistas.
  • Las inversiones a más largo plazo, como los activos de infraestructuras, ofrecen una exposición defensiva a los servicios esenciales, junto con una exposición deseable a lo largo del ciclo a temas de crecimiento estructural como la descarbonización, la deslocalización/relocalización y la explosión de la demanda de datos.

Qué se oculta tras la actitud defensiva de la infraestructura

Los numeroso indicios que apuntan a una importante ralentización de la economía hacen que los inversores se pregunten cómo posicionar las carteras ante una recesión. Los últimos datos sobre el aumento de las solicitudes de prestación por desempleo y el deterioro de la confianza en el trabajo sugieren que un aumento del desempleo en algún momento de 2023 puede debilitar al consumidor, cuya capacidad de gasto ha estado sosteniendo la confianza del mercado hasta este punto. En nuestra opinión, la retracción del consumo y la subida de los tipos de interés, que disuaden a las empresas de gastar, deberían llevar a los inversores a pensar en activos defensivos como las infraestructuras.

Creemos que el hecho de que el sector de la infraestructura se centre en los flujos de caja y las ganancias subyacentes lo convierte en una inversión prudente en un momento en el que las condiciones económicas se deterioran y se avecina una recesión. También creemos que merece la pena echar un vistazo rápido a por qué ahora es un buen momento para hacer asignaciones al sector de la infraestructura.

El primer motivo es la naturaleza fundamentalmente defensiva de la infraestructura. Los flujos de efectivo de las empresas de infraestructura tienden a ser duraderos: debido a la naturaleza esencial de los activos de infraestructuras, la demanda es relativamente estable, lo que proporciona una menor volatilidad que la renta variable tradicional y la resiliencia de los ingresos por infraestructuras a lo largo del ciclo económico. Incluso en momentos de debilidad económica, los consumidores siguen utilizando el agua, la electricidad y el gas, conduciendo automóviles por autopistas de peaje y utilizando otros servicios esenciales de infraestructuras. La estabilidad de los flujos de efectivo de las infraestructuras en comparación con la renta variable puede reducir el riesgo, convirtiéndolo en una asignación atractiva, a nuestro modo de ver, durante la desaceleración (gráfico 1). Los sólidos ingresos provenientes de las infraestructuras también resisten bien frente a otras clases de activos (gráfico 2).

Gráfico 1: Crecimiento interanual de EBITDA de infraestructura y renta variable mundial

Datos del 31 de diciembre de 2022. Fuente: ClearBridge Investments, GLIO. Componentes del GLIO Index ponderados por igual, media recortada de las colas al 5 %. Renta variable mundial según el coeficiente del MSCI World Index. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.

Gráfico 2: El rendimiento de las infraestructuras ofrece una prima fiable frente a la mayoría de las clases de activos

Datos del 31 de diciembre de 2022. Fuente: ClearBridge Investments, FactSet, Bloomberg Finance. Renta variable mundial representa MSCI World Forward Dividend Yield; REIT mundiales representan FTSE EPRA/NAREIT Forward Dividend Yield; bono global representa Bloomberg Global Aggregate Bond Index. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.

En segundo lugar, la infraestructura desempeña un papel fuertemente defensivo contra a la inflación. Aunque una recesión parece hoy algo más segura, la trayectoria de la inflación no lo parece. Incluso si una recesión se llevara parte de la inflación, un probable retraso en este sentido significaría que la fortaleza de la infraestructura como cobertura contra la inflación seguiría siendo valiosa durante una posible recesión.

Los obstáculos macroeconómicos de la renta variable suelen ser puntos a favor de las infraestructuras debido a la forma en que estas tratan la inflación, en gran medida, como un traspaso. Al contrario de lo que ocurre con la renta fija, los dividendos de los activos de infraestructura actúan como una cobertura contra la inflación gracias a la manera, en gran parte preprogramada, a través de la regulación y los contratos, en que las infraestructuras pueden ajustarse a entornos inflacionistas (gráfico 3). Esto se aplica tanto a los servicios públicos como a los activos que se rigen según el principio del usuario-pagador, como las carreteras de peaje o el ferrocarril, ya que ambos generan ingresos vinculados a la inflación. Creemos que el poder de fijación de precios de las infraestructuras les confiere una verdadera protección contra la inflación.

Gráfico 3: Los dividendos de las infraestructuras, por encima de la inflación, están ligados a una base de activos creciente

Datos del 31 de diciembre de 2022. Fuente: ClearBridge Investments. ClearBridge Global Infrastructure Income Strategy. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.

En tercer lugar, los recientes impulsos normativos y políticos también apuntan a un gasto constante en infraestructuras para aumentar las bases de activos, lo que debería ofrecer más apoyo. La Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU.1, por ejemplo, acaba de despegar, mientras las empresas de servicios públicos y las renovables invierten en electrificación, aumentando su perfil de crecimiento. Ya lo hemos visto en los planes de gasto de capital de las empresas de infraestructuras. Por su parte, el Plan Industrial del Pacto Verde de Europa2, anunciado a principios de 2023, pretende ampliar y acelerar la financiación del sector con cero emisiones netas en Europa; entre los principales objetivos del plan figuran el despliegue de las energías renovables y la transformación de las infraestructuras energéticas y de transporte, como las redes. Señala que la infraestructura es clave para el entorno empresarial de cero emisiones netas que pretende establecer y el impulso a la infraestructura de carga y repostaje, el hidrógeno y las redes eléctricas inteligentes que reclama beneficiarán a las empresas de servicios públicos reguladas.

Es difícil saber la cronología y profundidad de una recesión y qué punto del mercado puede volverse más abocado al riesgo. Pero creemos que las inversiones a largo plazo como los activos de infraestructura son especialmente prudentes. Pueden incluir tanto servicios públicos regulados como activos más sensibles al PIB, ofreciendo una exposición defensiva a servicios esenciales y un crecimiento estructural que muchas otras clases de activos no ofrecerían. Entre los temas a más largo plazo de los que pueden beneficiarse los inversores en infraestructuras figuran la descarbonización, la deslocalización/relocalización y la explosión de la demanda de datos. Los regímenes reguladores de las infraestructuras y los acuerdos de concesión están diseñados para producir resultados a largo plazo. Así pues, en los periodos de recesión y de debilidad económica, los mercados cotizados deberían ofrecer numerosas oportunidades de encontrar buenas empresas de infraestructuras líquidas a valoraciones atractivas.



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