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«Nos esforzamos por vivir en la intersección en la que las nuevas ideas se pueden convertir en grandes inversiones a largo plazo». Esta cita sigue siendo tan relevante hoy como cuando la publicamos por primera vez en 2018. Me gusta porque dice algo complejo de manera sencilla. Apoya la gestión activa y también implica una ausencia.

Buscamos invertir en empresas que apliquen nuevas ideas que acaben generando grandes rendimientos a largo plazo. Sin embargo, en la otra cara de la misma moneda, nos parece igual de importante evitar las inversiones en tecnologías que están cambiando el mundo pero que no generarán un rendimiento significativo real a largo plazo. A menudo nos lo plantean en forma de pregunta, pero no en el marco que acabo de esbozar. En cambio, nos preguntan cosas como: «¿Qué opina de la impresión en 3D?» o «¿Qué opina de Linux?» o «¿O de las finanzas descentralizadas?». También está la pregunta más últimamente: «¿Qué opina de las cadenas de bloques?». Cuando intento explicar que pueden ser tecnologías maravillosas, pero que quizá no sean buenas inversiones,creo que la respuesta decepciona un poco a quien pregunta.

Aquí trazamos una analogía histórica de la contenedorización intermodal y la comparamos con otra tecnología que creemos que podría cambiar el mundo pero que quizá no sea una gran inversión: las cadenas de bloques. Hemos elegido estas dos innovaciones porque son probablemente los ejemplos más impactantes de este fenómeno en los siglos XX y XXI (hasta la fecha). Por supuesto, cuando se habla de futuro, se aplican todas las advertencias. Siempre estamos abiertos a nuevas ideas y a la actualización de ideas anteriores en respuesta a pruebas nuevas. Somos humildes. No somos dogmáticos. Somos racionales. Al escribir este artículo, esperamos satisfacer a algunos de los que, a lo largo de los años, se han sentido un poco confusos por nuestra falta de entusiasmo ante algunas de las tecnologías más populares en la prensa.

Es importante identificar estas tecnologías y su potencial de monetización. Cuando se invierte en innovación, es importante fracasar rápido. Es cierto que lo que poseemos impulsa el rendimiento de la inversión más que lo que no poseemos; sin embargo, también es importante seguir hacia adelante y evitar los elementos llamativos que encontramos en el camino, que pueden ser tentadores pero, en última instancia, no aportar valor. La historia de las tecnologías disruptivas nos enseña que las grandes ideas tardan tiempo en encontrar su modelo de negocio de impacto y, a veces, la aplicación estrella nunca llega. También es habitual que el desajuste entre sentimiento y monetización pueda ser amplio. Sin embargo, la historia también demuestra una y otra vez que la innovación es perenne y seguirá transformando nuestra sociedad y nuestra economía.

Esperamos que disfrute del artículo.

Puntos clave

  • Las tecnologías disruptivas siguen un ciclo de moda, que recuerda que las ideas que cambian el mundo necesitan tiempo para materializar su modelo de negocio de impacto.
  • La innovación de los contenedores marítimos revolucionó el comercio mundial gracias a su sencilla eficacia operativa. El enorme descenso de los costes del transporte marítimo provocado por la contenedorización, aunque perturbador para el sector, benefició al mundo entero.
  • La contenedorización muestra cómo una nueva idea puede crear un valor significativo para la sociedad (reduciendo las fricciones del comercio mundial) aunque no haya una inversión duradera y exclusiva en innovaciones de contenedores.
  • Las cadenas de bloques pueden cambiar el mundo, pero la tecnología no ha proporcionado oportunidades de inversión acordes con su impacto, como demostró la historia con la contenedorización.


Lea el artículo completo para obtener más información.



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