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¿Dónde estamos hoy en la evolución de la IA?

Matt Cioppa: En 2024, hemos estado principalmente en la fase de desarrollo. Recuerda en muchos sentidos a la primera era de la informática en la nube, cuando las principales compañías tecnológicas invirtieron fuertemente en infraestructuras en la nube, ejerciendo presión sobre los márgenes inicialmente, pero allanando el camino para unos beneficios considerables. En el caso de la IA, podríamos ver una trayectoria similar, con inversiones de los «gigantes tecnológicos» de más de 200 000 millones de dólares solo este año.1

La IA supone un giro transformador en las plataformas informáticas, similar a las revoluciones de Internet o de los teléfonos móviles. Creemos que la importante inversión en activo fijo en tecnología fundacional refleja la confianza de los hiperescaladores en la demanda a largo plazo de soluciones de IA y en el potencial de nuevos modelos de negocio. Aunque apenas unos cuantos gigantes tecnológicos puede permitirse realizar inversiones fundacionales masivas, las empresas más pequeñas también pueden prosperar desarrollando negocios de éxito sobre las nuevas infraestructuras, de forma muy similar a lo que hicieron Salesforce y ServiceNow durante el auge de la informática en la nube. A medida que evolucionen las infraestructuras de la IA, seguiremos avanzando de la construcción a las aplicaciones.

¿Qué ve a medida que las aplicaciones de la IA empiezan a desarrollarse? 

Matt Cioppa: La demanda de aplicaciones de IA generativa se está acelerando, con empresas que examinan casos prácticos en ámbitos como la atención al cliente, la generación de código y el marketing. Las empresas ya están comunicando unos beneficios tangibles; por ejemplo, JP Morgan espera ahorrar alrededor de 1500 millones de dólares2 gracias a las interacciones con los clientes y a la prevención del fraude mejoradas por la IA. Creemos que estos ahorros iniciales son solo el principio, ya que se espera que la adopción de la IA impulse aumentos de productividad que podrían generar billones de valor.

Sin embargo, los inversores deben armarse de paciencia, ya que los grandes cambios tecnológicos llevan su tiempo. Por ejemplo, desde el lanzamiento del iPhone, tuvieron que pasar siete años para que los smartphones fueran adoptados de forma generalizada. Creemos que la IA tiene un potencial similar, y el lanzamiento de ChatGPT se considera el «momento iPhone» de la IA. La IA generativa podría reconfigurar los sectores actuales y posibilitar otros completamente nuevos, de forma muy parecida a cómo surgieron Uber, Airbnb y Netflix en la era móvil.

La IA requiere grandes cantidades de energía. ¿Cómo vamos a satisfacer esta demanda? 

Matt Cioppa: A medida que la adopción de la IA generativa se acelera, la energía necesaria para sostener su crecimiento se convierte en un factor crítico. Aunque no prevemos restricciones energéticas inmediatas, los requisitos energéticos a largo plazo requerirán soluciones innovadoras. En algunos casos, esto puede suponer la reutilización de tecnologías existentes, como la energía nuclear. Las compañías tecnológicas líderes, como Microsoft, Amazon y Google, ya se están asociando o adquiriendo instalaciones nucleares para asegurarse un suministro estable de energía.

Más allá de la nuclear, es fundamental contar con un mix energético diversificado. Operaciones recientes, como el acuerdo de compra de energía (PPA) récord de Microsoft con Brookfield Infrastructure, ponen de manifiesto la tendencia hacia proyectos de energía limpia a gran escala. Esperamos ver más acuerdos como este, que combinan mejoras avanzadas de las infraestructuras con mayores inversiones en energías limpias para satisfacer de forma eficaz las crecientes necesidades energéticas de la IA. También podríamos ver mejoras en la arquitectura de chips y modelos que aumenten la eficiencia y reduzcan las demandas de energía.

¿Qué prevé para la tecnología tras las elecciones estadounidenses? 

Matt Cioppa: Esperamos que el gasto tecnológico contenido se libere. La victoria de Donald Trump podría traer consigo una desregulación que favorezca a las grandes compañías tecnológicas y podría acelerar las fusiones y adquisiciones entre empresas más pequeñas. Además, si Trump, tal y como prometió, revoca la orden ejecutiva de la administración Biden sobre la seguridad de la IA, podría acelerar la innovación en IA, ya que EE. UU. compite por mantener su ventaja tecnológica a escala mundial.

¿Cree que las valoraciones actuales del sector tecnológico están justificadas?

Matt Cioppa: A 31 de octubre de 2024, el sector tecnológico cotizaba con una prima del 33 % con respecto al S&P 500 Index, muy por encima de su media histórica del 15 %.3 Sin embargo, si se excluyen las empresas de megacapitalización, como Microsoft, Apple y Nvidia, la prima desciende a solo el 7 %,4 lo que sugiere la existencia de oportunidades atractivas en los valores tecnológicos más pequeños y medianos.

A medida que la adopción de la IA avance, esperamos que beneficie un conjunto más variado de empresas, desplazando la atención de los inversores de unos pocos operadores dominantes a un grupo más amplio de empresas tecnológicas preparadas para aprovechar la IA. Las valoraciones del sector tecnológico, ajustadas al crecimiento, están al nivel de la media de cinco años, lo que creemos que refleja el potencial de crecimiento del sector.5

¿Cuáles son sus perspectivas para la IA en 2025? 

Matt Cioppa: Creemos que el sector tecnológico, apuntalado por el poder transformador de la IA, ofrece argumentos convincentes para la inversión. A medida que la IA evolucione e impulse los incrementos de productividad, creemos que surgirán nuevos sectores y líderes de mercado, de forma similar a los cambios tecnológicos del pasado. Para los inversores, se trata de una oportunidad excepcional de participar en las primeras fases de un nuevo ciclo de crecimiento, en el que la paciencia podría verse recompensada a medida que el impacto de la IA se deja sentir totalmente.



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